Lo que la esperanza significa para mí La esperanza es un faro de luz en medio de la oscuridad, una estrella guía que nos guía a través de los desafíos más difíciles de la vida. Para mí, la esperanza se ha convertido en un ancla, sosteniéndome en los mares tormentosos de mi camino. Tras sanar del SIDA, la esperanza adquirió un nuevo y profundo significado en mi vida. Se convirtió en el motor de mi transformación en oradora motivacional, un rol donde comparto mi historia de triunfo y resiliencia. Para mí, la esperanza está profundamente ligada a mi fe en el Señor. Es la confianza en que Dios tiene un plan para mí y en que su gracia continuará guiándome y animándome. Esta esperanza alimenta mi deseo de crecimiento, tanto espiritual como en los dones que Dios me ha otorgado. Al presentarme ante el público, compartiendo mi camino desde la desesperación hasta la sanación, me llena de esperanza para el futuro: la esperanza de que mis palabras inspiren y sanen a otros, así como el amor de Dios me sanó a mí. La esperanza es la creencia de que, sin importar cuán difíciles sean las circunstancias, siempre hay un camino hacia adelante. Es la confianza de que con fe, perseverancia y la guía del Señor, podemos superar cualquier obstáculo. Al permanecer en el Señor y en los dones que me ha dado, me aferro a esta esperanza, sabiendo que me llevará a nuevas alturas y me ayudará a cumplir mi propósito.